SOMOS LA CAUSA DE NUESTRO PROPIO SUFRIMIENTO.

Dejemos volar las críticas, los gritos, los llantos, el dolor, las malas miradas, . ¿Que no se puede? Claro que se puede, el sufrimiento eliges tú cómo llevarlo si pasar de él o simplemente estar destinada a él. Cada uno siente felicidad por muchas cosas, yo, personalmente me dan ataques, sentimientos eléctricos de alegría y felicidad cuando estoy escuchando una canción nueva a máximo volumen y por un momento, se me olvida todo lo que pasa a mi alrededor simplemente no me preocupo por nada, porque se que todo pasará, que todo se calmara y, entonces, dejo pasar todos los sentimientos malos. A mí sólo me pasa durante unos segundos pero imagina que te pasara cuando quisieras que cerraras los ojos y estuvieras ahí, donde más deseas y no es precisamente un lugar, se llama felicidad.

la cruda realidad.

Érase una vez una niña diferente a todos los demás niños a ella no le gustaba nada de lo que los demás hacían, no le gustaba ni tener que maquillarse para los demás, seguir las normas de vestimenta de los que tenía a su alrededor, ni tener que ocultar las mentiras, ni no poder decir lo que piensa, ni que tuviera que llamar la atención para entrar en un círculo, ni no preocuparse de la gente que le importaba, ni que le dijeran lo que fuera, ni que pensaran lo que fuera, ni tener que aguantar a alguien simplemente inaguantable, ni hacer amigos por interés. Pero llegó un día en el que todo el mundo era como todo el mundo y en que empezaron a ganar las batallas los más malos, en el que la amistad se medía por las cosas que dabas y por las cosas que defendías, y cada vez la gente fue cambiando más y más hasta creer ser como todos, y estar orgulloso de ello. La niña, miró a su alrededor y tomó la lógica (?) decisión de volverse como todos, para no quedarse atrás.